miércoles, 9 de marzo de 2016

Holdouts


El gobierno militar, por ellos mismos denominados “Proceso de Reorganización Nacional”, asumiendo la representación jurídica del país, solicitó voluminosos créditos en el exterior, expidiendo bonos con diversos valores nominales que integraban el monto de los préstamos.
Así creció notablemente el monto de la deuda externa, llevándolo a la suma de varios miles de millones de dólares; pero mucho tiempo después de la desaparición de este gobierno de facto, ocurrieron los disturbios y las calamidades de principio de siglo que culminaron con la huída del entonces presidente constitucional de la Nación, Fernando de la Rúa. En esa ocasión el país  entró en lo que se llama “cesación de pagos” no pudiendo responder a las obligaciones contraídas en el exterior (default).
Cuando el día 25 de Mayo de 2003 se hizo cargo del gobierno de la Nación el ciudadano Néstor Carlos Kirchner, quien se propuso defender el prestigio del país, a cuyo efecto uno de los pasos importantes era el de la normalización de la deuda externa.
Con tal objeto propuso en el año 2005 una reestructuración de la deuda invitando a todos los acreedores a que efectuaran una quita de sus créditos, y otorgaran un plazo para el pago de las obligaciones fraccionadas. Esta restructuración de deuda, si bien fue aceptada por muchos acreedores, no satisfizo las expectativas del gobernante. Y después de su deceso, la sucesora Dra. Cristina Fernández de Kirchner, volvió a ofrecer una restructuración de deuda similar a la anterior. Entre ambas propuestas accedieron a reducir el monto de sus créditos y otorgar mayor plazo para el pago un 93% de los acreedores. Pero como ya había trascendido el estado de bancarrota fiscal de la Argentina, los bonos expedidos por los gobiernos anteriores para el pago de la deuda se desvalorizaron rápida y profundamente.
En esa ocasión aparecieron capitalistas especuladores que a vil precio compraron los bonos en default, y los conservaron esperando una mejor ocasión.
Y durante la presidencia de la Dra. Cristina Fernández, estos especuladores creyeron advertir signos de recuperación económica en la Argentina, y entonces no vacilaron en promover juicios por cobro de esos bonos, más sus intereses que habrían devengado. Y como los bonos emitidos por los gobiernos anteriores para el pago de la deuda externa incluían una cláusula que determinaba la jurisdicción de los tribunales norteamericanos para dirimir las cuestiones que se suscitaran, no vacilaron en iniciar juicio contra la Argentina ante el juzgado federal de Nueva York, a cargo del Juez Dr. Griesa. Uno de estos acreedores es el conocido Paul Singer; y los créditos de estos personajes son los conocidos bajo el nombre de “holdouts”.
El gobierno anterior encomendó la defensa de los intereses de la Argentina a un estudio de abogados residentes en aquella ciudad norteamericano. Planteando las más diversas defensas lograron demorar de manera prolongada la consecución de la causa.
El Dr. Griesa dictó sentencia en el proceso, condenando a la Argentina al pago de los capitales reclamados por esos acreedores, con más los intereses convenidos en los mismos bonos a lo que debía adicionárseles las costas del juicio y los impuestos que gravan las actuaciones judiciales en aquel país.
En esta situación estaba el conflicto generado por los holdouts en el tribunal de Nueva York; y en estas condiciones asumió el nuevo gobierno y personalmente el Ing. Mauricio Macri se propuso pagar los créditos reclamados por los llamados “fondos buitres” proponiendo una reducción en el monto de los intereses. También decidió encomendar la defensa de los intereses de la Argentina a otro estudio de abogados norteamericanos, lo cual equivalía a cambiar la cabalgadura cruzando en el medio del río. Pero este nuevo estudio de profesionales se hizo cargo de la situación y continúa atendiendo el juicio encomendado.
Mientras tanto el juez Griesa designó a un mediador para que discuta con las partes interesadas en el proceso acerca de las posibilidades de un avenimiento. Este mediador, apellidado Polak, interviene en las reuniones que realizan las partes en las que invariablemente es la que propone pagar la deuda con alguna reducción del capital o de los intereses que se van devengando; reducción que bajo ningún concepto aceptan los especuladores que han promovido la acción. Pero de todos modos el juez Dr. Griesa advirtió a la Argentina que no homologará ningún convenio mientras estén vigentes en aquel país las leyes denominadas “de cerrojo” y de “deuda soberana” dictadas durante el gobierno de la Dra. Cristina Fernández.
En tal sentido, el nuevo poder ejecutivo personificado en el Ing. Mauricio Macri, envió a la cámara de diputados un proyecto de ley disponiendo la abrogación lisa y llana de las referidas leyes, logrando la adhesión no solo de los diputados de su partido sino la de diputados de otras bancadas (frente renovador, PJ disidente, etc.). Al respecto son varios los economistas que sostienen firmemente la necesidad de, al menos, derogar parcialmente las disposiciones de esas leyes para lograr ponerle punto final a la prolongada cuestión de los holdouts, afirmando que una vez liquidado ese asunto, la Argentina recuperará la confianza universal de la que hoy carece, y vendrán las tan esperadas inversiones de empresas de todo el mundo para generar más trabajo en la Argentina, y lograr una mejor distribución de la riqueza.

Sin embargo si recordamos que a principios de su gestión gubernamental el Ing. Macri concurrió a la reunión de Davos (en Suiza) con la esperanza de que su presentación  generara la confianza necesaria para que fluyeran inversiones de capitales a su país, para instalar fábricas, emporios, etc., y pese al tiempo transcurrido no ha logrado casi inversiónes, cabe preguntarse que garantías de lograr que vengan las esperadas inversiones de capitales cuando se paguen la totalidad de la deuda de los “fondos buitres”. Hay que tener en cuenta que el monto reclamado por los holdouts configura una suma sideral para la economía Argentina, que supera los 15 mil millones de dólares… 

martes, 8 de marzo de 2016

Episodios


La gran mayoría de la gente, bien educada y algo instruida, deplora profundamente todo lo que signifique GUERRA; y habiendo transcurrido ya más de medio siglo de la terminación de la última conflagración mundial, sólo queda en el recuerdo las situaciones más generales de esos conflictos armados: como ser la movilización de las tropas, el uso de piezas de artillería cada vez mas sofisticadas y cuadrillas de aviones cada vez más numerosas. Pero no se recuerdan determinados episodios de los conflictos, ni la repercusión que los mismos tuvieron detrás de la línea de fuego.

Uno de ellos es el ocurrido el 24 de Marzo de 1944.
El día anterior, un grupo de partisanos (patriotas) italianos, al paso de una brigada nazi de las tropas de ocupación, hicieron estallar un carro cargado disimuladamente con poderosos explosivos. El estallido ocasionó la muerte instantánea de 28 de los soldados que circulaban por la Via Rasella de la ciudad de Roma.
Enterado de inmediato, el führer ordenó que se cobrara la vida de 10 italianos por la de cada soldado alemán perecido en ese atentado: a tal efecto comisionó al capitán Priebke para ejecutar esa sentencia. Y el día 24 de Marzo de 1944 (fecha que también los Argentinos recordamos como luctuosa) ejecutó las órdenes de Hitler; detuvo a más de 300 italianos y los fusiló a todos en la entrada de una mina abandonada que se conocían como las “Fosas Adreatinas”. Éste fue uno de los actos del enfurecido salvajismo que inspiraban a los oficiales nazis.

En la guerra civil española, donde se enfrentaron los españoles republicanos con la reacción militar monárquica (aunque eran dos bandos del mismo país, tuvo las características esenciales de una guerra). El general Francisco Franco, al mando de estos últimos insurgentes, pidió la colaboración de Hitler para dar un castigo ejemplar a los pobladores de una pequeña ciudad cercana al golfo de Vizcaya, por considerarlos encubridores de los republicanos que resistían los embates de su ejército.
Hitler y Mussolini despacharon rápidamente dos cuadrillas de bombarderos que volaron hacia aquel lugar y dejaron caer su carga mortífera, arrasando toda edificación existente y matando a cuantos pobladores pudieron. Prácticamente el pueblo de Guernica quedó borrado del mapa el 26 de Abril de 1937.

Esta tragedia quedó graficada  en un mural  pintado por Pablo Picasso, que da cuenta  de la tragedia y del dolor que a todos embarga cuando recuerdan  aquella triste circunstancia