La gran mayoría de la gente, bien educada y
algo instruida, deplora profundamente todo lo que signifique GUERRA; y habiendo transcurrido ya más
de medio siglo de la terminación de la última conflagración mundial, sólo queda
en el recuerdo las situaciones más generales de esos conflictos armados: como
ser la movilización de las tropas, el uso de piezas de artillería cada vez mas
sofisticadas y cuadrillas de aviones cada vez más numerosas. Pero no se
recuerdan determinados episodios de los conflictos, ni la repercusión que los
mismos tuvieron detrás de la línea de fuego.
Uno de ellos es el ocurrido el 24 de Marzo de
1944.
El día anterior, un grupo de partisanos
(patriotas) italianos, al paso de una brigada nazi de las tropas de ocupación,
hicieron estallar un carro cargado disimuladamente con poderosos explosivos. El
estallido ocasionó la muerte instantánea de 28 de los soldados que circulaban
por la Via Rasella
de la ciudad de Roma.
Enterado de inmediato, el führer ordenó que se
cobrara la vida de 10 italianos por la de cada soldado alemán perecido en ese
atentado: a tal efecto comisionó al capitán Priebke para ejecutar esa
sentencia. Y el día 24 de Marzo de 1944 (fecha que también los Argentinos
recordamos como luctuosa) ejecutó las órdenes de Hitler; detuvo a más de 300
italianos y los fusiló a todos en la entrada de una mina abandonada que se
conocían como las “Fosas Adreatinas”. Éste fue uno de los actos del enfurecido
salvajismo que inspiraban a los oficiales nazis.
En la guerra civil española, donde se
enfrentaron los españoles republicanos con la reacción militar monárquica
(aunque eran dos bandos del mismo país, tuvo las características esenciales de
una guerra). El general Francisco Franco, al mando de estos últimos
insurgentes, pidió la colaboración de Hitler para dar un castigo ejemplar a los
pobladores de una pequeña ciudad cercana al golfo de Vizcaya, por considerarlos
encubridores de los republicanos que resistían los embates de su ejército.
Hitler y Mussolini despacharon rápidamente dos
cuadrillas de bombarderos que volaron hacia aquel lugar y dejaron caer su carga
mortífera, arrasando toda edificación existente y matando a cuantos pobladores
pudieron. Prácticamente el pueblo de Guernica quedó borrado del mapa el 26 de
Abril de 1937.
Esta tragedia quedó graficada en un mural
pintado por Pablo Picasso, que da cuenta
de la tragedia y del dolor que a todos embarga cuando recuerdan aquella triste circunstancia
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